Acompañado por académicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), ciudadanos, regidores y el equipo de su gabinete, el presidente municipal de Corregidora, Roberto Sosa Pichardo, realizó un recorrido de supervisión en la Presa El Batán, en donde se desarrollan trabajos de limpieza.
El alcalde recordó que este fue un compromiso público realizado hace unos meses y celebró que los vecinos, académicos, desarrolladores y autoridades estén sumados en este esfuerzo.
Tras el recorrido por la presa, el profesor investigador de la UAQ, Juan Pablo Ramírez, explicó que una vez que se ha dado el primer paso, realizarán un diagnóstico de la calidad ambiental de la presa, un protocolo de monitoreo y se va a controlar el lirio para que se transforme en un activo, debido a que en exceso resulta ser más contaminante que una descarga residual.
“Es un reto académico nuestro que nos emociona mucho porque podemos convertir una presa en un sistema acuático parecido a un lago y el lirio nos puede permitir tener muchas interacciones biológicas, mejorar la calidad del agua, y si lo convertimos, para que funcione como un sistema similar (al que hay) en un lago, va a ser un atractivo turístico sin precedentes”, expresó.
El biólogo también explicó que el lirio funciona como filtro de metales pesados y materia orgánica, así como de refugio para la fauna, sin embargo, en exceso puede afectar los cuerpos de agua y contaminar tres veces por encima de una descarga de agua residual, por ello es importante retirarlo en su mayoría y mantener algunas barreras.
Detalló que el mal olor que se genera posterior a su trituración es normal y temporal, debido a que es una planta que muere y comienza su proceso de descomposición. Efecto que dura entre tres y cuatro semanas.
“Ya en el fondo, (la presa) va a tener materia orgánica, y (viene) la siguiente etapa que es un protocolo de rehabilitación. Ahora el reto es disminuir esa cantidad de materia orgánica que es mucho más rápido como estrategia de manejo, que sacar todo el lirio completo”, señaló el especialista.
Agregó que la propuesta de rehabilitación que hicieron desde la academia es que no se triture todo el lirio, pues de manera controlada puede promover la biodiversidad en la presa y ayuda a degradar la materia orgánica, razón por la cual va a mantenerse una porción principalmente en las orillas porque es la zona que tiene más materia orgánica en descomposición.
Adicionalmente, dijo que al contar con una barrera de unos tres metros de ancho alrededor de la presa, se convierte en refugio para la fauna. Por ejemplo, los peces se protegen de los depredadores y aves lo pueden usar como espacio de anidación.
El académico dijo que el proceso de rehabilitación consiste en bajar los niveles de materia orgánica para oxigenar la presa y el siguiente paso es hacer un diagnóstico para saber la condición ambiental de la presa de manera muy fina.
“Hay ocho especies de peces en la presa, una nativa y las demás exóticas invasoras, tres de esas son carnívoras y fitófagas, por eso es importante que los juveniles se refugien en el lirio, porque si no se los van a estar comiendo; se volvería homogéneo y lo que nos conviene es que sea un espacio heterogéneo, que haya diversidad”, indicó.
Durante este recorrido estuvo presente también el geógrafo de la UAQ, Marco Huerta; el secretario de Movilidad, Desarrollo Urbano y Ecología del municipio de Corregidora, Moisés Moreno Melo; los desarrolladores y vecinos involucrados en los trabajos de rehabilitación.
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